Corría el año 1985 cuando en el Salón del Automóvil de Frankfurt, BMW presentó el BMW 325i “Allrad”. A simple vista se veía una bonita berlina pero lo que realmente importaba, casi más que su diseño, era su nuevo sistema de tracción a las cuatro ruedas. El probador de la revista Auto Zeitung debió quedarse realmente asombrado en las pruebas de circuito al ver como este nuevo modelo de BMW cogía las curvas y traccionaba muchísimo mejor que cualquier otro probado hasta la fecha. Cuando se publicó la revista con la prueba, se podía leer en el artículo “Este BMW es el nuevo campeón en cuanto a manejabilidad se refiere”, batiendo así a uno de sus archienemigos, el AUDI Quattro, que había sido lanzado cinco años antes y que ya había pasado por un re-styling.
Treinta años después todo ha evolucionado muchísimo, lógicamente, y el sistema integral de BMW también. En su última versión, llamada xDrive, el sistema es controlado por el Gestor Integrado del Chasis (ICM), el cual hace que trabaje ante cualquier pequeña pérdida de tracción, basándose en las lecturas y monitorización de la conducción. Estas intervenciones están a cargo o bien el propio xDrive o bien del xDrive en combinación con Control Dinámico de la Estabilidad (DSC) o el Control Dinámico de las Prestaciones (DPC), lo que otorga al coche una fantástica maniobrabilidad incluso en los giros más bruscos.
No obstante, la mayor parte de la tracción se dirige a las ruedas traseras ya que, de esta manera, se mantiene la típica precisión de BMW en la dirección y, al entrar en una curva, se obtienen las típicas reacciones de un BMW.
Veamos la evolución de la familia año a año:
1985: BMW “Allrad”
En su primer modelo con tracción a las cuatro ruedas, el “Allrad”, la potencia estaba repartida en un 37% en el tren anterior y un 67% en el posterior. En respuesta a las diferentes velocidades de las ruedas, el diferencial de acomplamiento viscoso era el encargado de mantener la conexión entre ambos trenes para mejorar la tracción y la estabilidad. La denominación “Allrad” fue pronto cambiada por la de 325iX y en 1988 se incorporó este sistema la versión Touring.
1991: BMW 525iX
Sólo tres años después del lanzamiento del sistema de cuatro ruedas motrices, BMW lo implementó en su Serie 5. Por primera vez, el reparto de potencia entre ambos ejes era gestionado electrónicamente. El nuevo sistema contaba con un embrague multidisco el cual otorgaba, por defecto, un reparto del 36% en el tren delantero y de un 64% en el trasero el cual podía cambiarse en relación al estado de la carretera. Inicialmente se utilizó un embrague multidisco controlado hidráulicamente en el tren trasero, pero pronto se cambió por un sistema de frenado selectivo controlado electrónicamente. El sistema funcionaba monitorizando la conducción mediante la velocidad de las ruedas que le mandaba el sistema ABS del coche, suplementada por la información que recibía del estado de los frenos, velocidad del motor y de la válvula del acelerador.
Desde el primer momento, este sistema resultó excepcional. El sistema, controlado electrónicamente, ofreció una respuesta rápida y precisa mejorando la seguridad y la manejabilidad fuera cual fuese el estado de la vía por la que se circulase, incluso con nieve o lluvia. Se ofrecía tanto en la Berlina como en el modelo Touring.
1999: y entonces llegó el X5
25 Years BMW All-Wheel-Drive Expertise – BMW X5 model year 2001 (10/2010)
El primer SAV (Sports Activity Vehicle) de BMW llegó al albor del nuevo milenio, causando sensación por su buen hacer en todo tipo de terreno. Un sistema de engranajes planetario repartía la potencia en un ratio de 38:62 por ciento entre el tren delantero y trasero mientras los sistemas de gestión electrónica, como el DSC (Control Dinámico de la Estabilidad), el ADB-X (Freno Dinámico Diferencial) y el HDC (Control de Descenso en Pendientes) aseguraban un excelente comportamiento en todo tipo de conducción. Al año siguiente, estos sistemas fueron incluidos también en la cuarta generación de la Serie 3.
2003: lanzamiento del xDrive y del X3
Cuatro años después del lanzamiento del X5, BMW lanzó el X3. Este SAV era una versión más pequeña y dinámica de su hermano mayor. El nuevo sistema de tracción a las cuatro ruedas, llamado xDrive, estaba basado en un embrague multidisco de acción ultrarápida controlado electrónicamente. Trabajaba conjuntamente con el DSC (Control Dinámico de la Estabilidad) adaptando continuamente la transferencia de potencia al estado de la carretera. Adicionalmente a la velocidad de las ruedas, por primera vez el sistema de control electrónico también tuvo en cuenta los datos del control dinámico de estabilidad. Esto hizo que el xDrive fuera el primer sistema “inteligente” de transmisión a las cuatro ruedas (y todavía lo es). Al contrario de los sistemas tradicionales, los cuales sólo actúan en el caso de que una rueda pierda tracción, el xDrive detecta el riesgo de sobreviraje o subviraje casi al instante y corrige la situación proactivamente redireccionando el flujo de potencia.
Este sistema fue posteriormente incorporado a varios vehículos de la marca, como la Serie 3 y la Serie 5, en las versiones Berlina y Touring.
2008: SAC con Control Dinámico de las Prestaciones y conducción híbrida
Con los dos SAV de la marca firmemente arraigados en el mercado, en el año 2007 BMW presentó su primer SAC (Sports Activity Coupe), el X6. Por primera vez, el sistema de tracción de las cuatro ruedas se combinó con el Control Dinámico de Prestaciones (DPC), el cual varía la transferencia de potencia entre los dos ejes al entrar en una curva ofreciendo una mejor agilidad y estabilidad, incluso en cambios bruscos de aceleración. En el año 2009 BMW lanzó el X6 Active Hybrid y la sección M se encargó de modificar el X5 y el X6 resultando en los X5 M y el X6 M con una potencia nunca vista antes en este segmento.
También en el 2009 se lanzó el BMW X1, que como el posterior BMW X3 del 2010 podía combinarse con el Control de Prestaciones.
2009: BMW xDrive en otros modelos
Debido al buen resultado de este sistema de tracción, la Serie 7 pasó a contar con él en el año 2009 y en la primavera del año 2012 los primeros Coupés y Cabrios con tracción total llegaron a la deportiva Serie 6. El xDrive también podía pedirse en las Series 3 y 5 y, a partir del 2013, también se incorporó al Cabrio, Coupe y Gran Coupe de la nueva Serie 4.
2014: llega el X4
Gracias al éxito obtenido en la Serie X, BMW lanzó un nuevo SAV en el segmento medio, el X4, en el año 2014. Llegó con tracción total en todas sus versiones. También se presentó la tercera generación del X5, la segunda del X6, y las nuevas versiones M de estos modelos. La Serie 2 también recibió este sistema de tracción total en el Active Tourer.
Un nuevo sistema se encargó de propulsar el superdeportivo de la marca, el i8. En este caso, un motor de combustión se encargó del tren trasero mientras uno eléctrico hacía lo mismo en el delantero.
2015: llega la dirección integral activa combinable con el xDrive en la Serie 7
En septiembre del 2015 BMW presentó la sexta generación del Serie 7 en el Salón del Automóvil de Frankfurt (IAA). En octubre del mismo año, ya estaba disponible el xDrive combinado con el sistema de Dirección Integral Activa, con dirección pasiva en el tren trasero.
El futuro: xDrive combinado con eDrive
El lanzamiento del i8 fue seguido por el del primer modelo de producción “plug-in hybrid” (híbrido enchufable): el BMW X5 xDrive40e. Gracias a estos dos sistemas, en este SAV se realizó un gran trabajo en cuanto a prestaciones y consumo se refiere. La gestión de potencia híbrida inteligente sincroniza el funcionamiento del motor interno de combustión y del motor eléctrico maximizando la eficiencia en todo momento. La potencia es transmitida a la carretera a través del sistema inteligente xDrive de tracción integral a las cuatro ruedas.
